La lluvia que cayó en la madrugada presagiaba un domingo inestable pero, aún así, todo transcurrió con total normalidad y los niños disfrutaron juntos viendo a los pocos animales que se dejaron ver en un precioso paraje natural.
Después de visitar el Parque, comimos en un merendero acompañados por un sol que tímidamente asomaba. Hubo tiempo para visitar a la Blanca Paloma y dar un paseo por el Rocío.
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